...desde Gibraltar hasta la playa de Glyfalda, y donde Europa se tiende boca arriba, al sol, todos los veranos. Esa postura es, desde luego, el distintivo de Vermillion Sands y, espero del futuro: no sólo que nadie tiene que trabajar sino que el trabajo es el juego último, y el juego, el trabajo último. (Traducción de Marcial Souto para Ediciones Minotauro, 1993).Pero este tiempo particular -el tiempo del juego, el tiempo del ocio, el tiempo no pautado por las horas del trabajo, el tiempo no alienado- no puede dejar de tolerar irrupciones. En "Prima Belladona" la rutina prousteana del balneario es interrumpida por Jane Ciracylides, una cantante talentosa que pronto se interesará por las plantas del narrador, en particular por la "Khan-Arachnid", que resulta especialmente importante en la tienda dado que las otras plantas son "afinadas" por los sonidos que provienen de ella. El cuento pasa a elaborar la relación del narrador con Jane, dominada por la certeza del primero de que la mujer "hace trampa", primero en un juego de tablero similar al ajedrez (el i-Go), después en otros asuntos.
"Prima Belladona" interesa especialmente por su unión -fundacional, como ya he dicho- de dos grandes territorios de los primeros cuentos de Ballard: el balneario Vermillion Sands (que daría origen a obras maestras como "Cry Hope, Cry Fury" o "The Cloud Sculptors of Coral-D") y la música. Jane Ciracylides -la primera de una larga serie de mujeres misteriosas, ausentes y obsesionantes-, desde esta perspectiva, puede ser vista como una suerte de antepasada de la Madame Gioconda de "The Sound-Sweep", quizá el primer gran cuento de Ballard.
muy bueno
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminar