lunes, 1 de octubre de 2012

The Concentration City

Este cuento, bajo el título "Build-up", fue publicado originalmente en enero de 1957, en New Worlds, y luego incorporado a las colecciones Billenium (1962), The disaster area (1967), ya con el título "The concentration city", y Chronopolis and other stories (1971), donde vuelve a aparecer como "Build-up". En castellano fue publicado en Bilenio (1975, Minotauro Argentina) y en Zona de catástrofe (1995, Minotauro España), traducido siempre como "Ciudad de concentración" y por Marcial Souto. La trama transcurre en una ciudad que recuerda a las subterráneas asimovianas, o incluso a Diaspar (de La ciudad y las estrellas, de Clarke), la Coruscant de Star Wars o también Trántor, la capital del Imperio Galáctico de Asimov. La comparación con las ciudades subterráneas (de la novela The caves of steel) es quizá la más feliz, en tanto en ellas, como en la de Ballard, el cielo no es visible, no existe el espacio libre y la naturaleza ha sido sustituida por el paisaje tecnológico, urbano, industrial incluso.
El protagonista de "The concentration city", Franz M (es innecesario señalar las resonancias kafkianas del nombre), sueña con construir una máquina voladora más pesada que el aire, lo cual, se le repite, es imposible. Para empezar, necesita espacio libre, un concepto que es capaz de formular y comprender en su mente pero que le resulta extremadamente dificil compartir, en tanto a los habitantes de esa ciudad "de concentración" les resulta una especie de oxímoron. En busca de esa extensión ilimitada de espacio parte en el sistema de trenes, alejándose cada vez más de la zona en la que reside. Eventualmente, tras semanas de viaje, regresa al punto de partida.


Es fácil especular a partir de este final. El texto, desde su remate, nos propone que se trata del infierno, e indudablemente la idea de un "lugar atroz" (en oposición a "lugar donde suceden cosas atroces", para usar la distinción borgesiana) se aplica perfectamente al escenario de este cuento. Queda claro que no puede tratarse de una "ciudad" real; hasta cierto momento del cuento cabía pensar que se trataba de una ciudad subterránea que se extendía a lo largo del subsuelo de continentes enteros; pero el hecho de que el viaje de Franz sea eminentemente tridimensional (es decir, no avanza sólo "hacia adelante" para llegar a su punto de partida, lo que podría explicarse pensando en un desplazamiento a lo largo de una posible geodésica, sino que también avanza subiendo niveles) vuelve imposible una representación no toplógicamente paradójica de la ciudad. El espacio mismo es la clave del cuento, plegado sobre sí mismo. En ese sentido, "The concentration city" es la respuesta espacial al tema temporal de "Escapement": en ambos se está "prisionero" de un loop, espacial en el primero y temporal en el segundo. También podemos pensar que Ballard de alguna manera crea una variación que va más allá en alcance temático y simbólico: el protagonista de "The concentration city" es movido por un deseo de superar sus límites, de escapar, de alguna manera, de su prisión, mientras que el de "Escapement" -quizá por la naturaleza diferente e ineludible de su prisión- es más bien incapaz de actuar, y en ese sentido no genera una narrativa sino una viñeta. Además, el final de "The concentration city", es decir la imposibilidad terrible de satisfacer el deseo de volar, le aporta al cuento una dimensión trágica que no aparece en "Escapement", un cuento que, paradojicamente, parece más ligero.
Quizá la comparación no sea tan sencilla. La prisión de "Escapement" es más efímera, pero, a la vez, más angustiosa, en tanto va reduciéndose. La de "The concentration city" -más allá de la resonancia ominosa del título- es inmensa y quizá eterna, y parece indiferente con las criaturas a las que encierra.
La idea de una ciudad infinita (ilimitada) resuena, ahora, con la noción de simulacro, de realidad virtual. Los personajes de "The concentration city" podrían muy bien estar prisioneros en una simulación a la The thirteenth floor (Josef Rusnak, 1999), The Matrix (Andy & Lana Wachowski, 1999) o incluso Dark city (Alex Proyas , 1998), diseñada a para resolver sus limites como una gran cinta de Moebius.


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