jueves, 7 de mayo de 2015

Billenium

En la línea de otros textos vinculables a la idea de superpoblación, Escapement", "Manhole 69", "The Concentration City") encontramos "Billenium", publicado originalmente en el número 112 (volumen 36) de New Worlds, noviembre de 1961. Se lo encuentra también en los compilados Billenium (1962), The Terminal Beach (1964) y Chronopolis and other stories (1971). Fue traducido al castellano -siempre como "Bilenio"- en tres oportunidades. La primera quedó a cargo de Enrique Agut y el texto apareció en la muestra Ciencia ficción inglesa 2 (1968, Aguilar, España); la segunda pertenece a Marcial Souto y fue publicada en los libros Bilenio (Minotauro, 1975) y Playa Terminal (la edición española, de 1990), además de en Breve antología de ciencia ficción (Buenos Aires, Sudamericana, 1995). Por último, la tercera, de Manuel Manzano y Rafael González del Solar, está en Cuentos completos (España, RBA, 2013).
claustrofobia o crecimiento urbano ("

Podemos pensarlo como un cuento "simple", o como la realización simple y clara ("redonda") de una idea que ahora se pude pensar como simple. Es decir: estamos en el futuro, hay 20.000.000.000 de personas en el planeta, todas las tierras disponibles están dedicadas a la agricultura y en la poca superficie que queda para las ciudades la gente está comprimida en habitaciones de 4 metros cuadrados. Ballard desarrolla esta idea con evidente soltura en el espacio que le permite un cuento breve, y se permite sugerir políticas sexuales (los jóvenes buscan casarse para formar familias numerosas y ser asignados a habitaciones más grandes) y claves políticas (el estado como administrador del espacio, invadiendo intimidad y costumbres) que construyen un mundo interesante en sí mismo.
 
La anécdota narrada, en sí, no es gran cosa: dos amigos descubren por accidente una falla en la administración oficial del espacio (nada esotérico, kafkiano o levreriano; esto no es "The ConcentrationCity") en un edificio y se mudan a una habitación enorme. Pronto invitan a sus amigas (o novias, no queda claro) y estas, a su vez, a sus familias, llenando la habitación y, finalmente, echándolos a los protagonistas a la calle. El lado humorístico lo hace parecer una comedia de enredos especialmente negra; en ese mundo, además, nada va a cambiar. El gobierno sigue fomentando el incremento de población ("despite the gloomiest prophecies of the Neo-Malthusians, world agriculture had managed to keep pace with the population growth", p. 271; "a pesar de las sombrías profecías de los neomaltusianos, la agricultura había crecido adecuadamente junto con la población mundial", p.15) y reduciendo el espacio disponible; evidentemente esto no podrá ser sostenido indefinidamente, pero el pensamiento a largo plazo ha desaparecido y lo realmente importante es arreglárselas para tener algo de espacio.

Quizá lo más oscuro del relato pasa por ahí: para los personajes la felicidad está en encontrar un apartamento apenas más grande de lo que les corresponde dado su estado civil (cabe pensarse, claro, por qué no están casados, y podemos especular con la naturaleza de la relación entre los amigos); el referente inmediato para pensar en lo terrible del presente es la cantidad de metros cuadrados que se les asignaba años atrás, no la posibilidad de vivir en espacios más amplios y generosos, con "dignidad", digamos. La distopía es terrible para nosotros los lectores, pero es apenas indignante para los protagonistas.
 "What is really wrong with the population problem," Ward confided to Rossiter, "is that no one has ever tried to tackle it. Fifty years ago short-sighted nationalism and industrial expansion put a premium on a rising population curve, and even now the hidden incentive is to have a large family so that you can gain a little privacy. Single people are penalized simply because there are more of them and they don't fit neatly into double or triple cubicles. But it's the large family with its compact, space-saving logistic that is the real villain" (p.271)

-Lo malo con este problema de la población -le confió Ward a Rossiter- es que nadie ha tratado nunca de enfrentarlo de veras. Hace cincuenta años un nacionalismo miope y la expansión industrial alentaron el crecimiento de la población, y aun ahora el incentivo oculto es tener una familia numerosa para ganar así una cierta intimidad. La gente soltera es la más castigada, pues no sólo es la más numerosa sino que además no se la pude meter adecuadamente en cubículos dobles o triples. Pero el villano de la historia es la familia numerosa, que necesita el auxilio de una logística de ahorro de espacio. (p.15)
La distopía ballardiana de la superpoblación, entonces, no es la del control agresivo de los nacimientos, la del estado interviniendo la fertilidad y regulando la expansión de la "vida". Esa es, claro, la distopía humanista. La ballardiana, justamente, es la que se desprende de seguir creciendo, de seguir "apostando por la vida". Cabe imaginar ese mundo testigo del error de los "neomalthusianos": toda la biósfera reducida a las especies vegetales y animales domesticadas por el ser humano; la superficie de la Tierra pensada en cuanto a su utilidad, metro cuadrado por metro cuadrado. Eficiencia máxima, compartimentación máxima (y creciente) del espacio habitable. ¿Pero cuánto pude sostenerse esta pauta?

Es interesante leer este cuento en relación a The world inside (1971), de Robert Silverberg, novela en la que ante una situación básica similar (la superpoblación) se proponen gigantescos edificios ("monurbs") llenos de familias (con los solteros ocupando grandes apartamentos comunales) y, lo que hace fascinante al libro, una serie de cambios culturales en cuanto a las nociones de "intimidad", a la sexualidad y la represión.

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